Introdución a la Iconografía

Introducción a la iconografía del antiguo Perú

Un examen detallado de la iconografía de las obras de arte del antiguo Perú (textiles, cerámicas, objetos de metal  y otros  como murales y relieves) llega a la conclusión de que aquí,  predominantementente los ídolos se muestran con un simbolismo complementario. Estos estudios se refieren a un período de aproximadamente 3000 años, vale decir desde el 1500  A. C. hasta 1532 D. C.. Se extienden sustancialmente a través de las culturas peruanas Chavín, Paracas, Recuay, Moche, Nazca, Tiahuanaco-Huari, Lambayeque, Chimú, Chancay e Inca. También se incluyen testimonios de muchas pequeñas culturas, asi como Ecuador, Bolivia, Chile y Argentina.

Se puede reconocer que el idolo fue muy atrayente durante dicho período y que en su estilo no fué sólo completamente diferente (realista, abstracto, geométrico, etc.), sino que también en su relación con los modelos seleccionados (zoomórficos, antropomorfos, ornitomorfos) se transforma considerablemente. Además se perciben interpretaciones muy imaginativas por los respectivos artistas. El  término “artista” debe ser claramente definido respecto a las representaciones estéticas y sublimes que se realizaron. Se desconoce la identidad de los tejedores y otros artesanos y la relación que tenian con estos artistas.

Todos los ídolos muestran suplementos pictóricos distintos a través de alegorias y estos son los símbolos de la tierra y del agua, de cuya unión resulta  el concepto de la fertilidad. Los dos símbolos representan sin embargo, a los mismos dioses quienes crean con  la deidad suprema la base de la vida. El dios agua y la diosa tierra se encuentran en su mayoría, como símbolos atributivos de la deidad suprema. Sin embargo existen numerosos ejemplos que nos muestran también al dios agua y la diosa tierra de manera separada o en representaciones conjuntas. Ellos revelan además un símbolo típico que los hace reconocibles.

El simbolismo atributivo de estos dos dioses consistía inicialmente en el símbolo en forma de escalón o de andenes (para el elemento tierra) y el símbolo del meandro (para el elemento agua). Ambos en su combinación han expresado la fertilidad a través del simbolismo del meandro escalonado.  Chavín convierte este simbolismo, probablemente por razones artísticas, al meandro serpiente (cabeza de serpiente y cuerpo de serpiente sinuoso y corto). Mientras tanto, otros simbolismos se añaden en el Intermedio Tardío:  Formas curvadas con  puntas, objetos en forma de borla simple o múltiple y otros en diferentes diseños.

El meandro escalonado, el meandro serpiente y  otras formas representativas se mostraban solas o como parte común con las imágenes divinas en Chavín y en todas las culturas posteriores. En este caso, es necesario observar las diversas variaciones artísticas para podernos permitir su identificación. Estas variaciones se refieren también a las representaciones divinas, que se presentan en una gran variedad de diseños, incluyendo seres híbridos. Aquí, en principio, se supone que estas variantes extremadamente diversas tienen sólo un valor simbólico y por lo tanto muestran sólo al ídolo las cuales  no deberían se confundidas con su arquetipo.

Desde Moche a Chancay, las aves marinas están expresadas  claramente en muchas representaciones. Esto nos confirma que dichas aves marinas y costeras tenian una especie de status divino porque eran indicadoras de los efectos devastadores del fenómeno climático de “El Niño” en la riqueza ictiólogica. Las aves marinas se muestron siempre en estrecha relación con la imagen divina ya que era de suponer  que se consideraban como impulsores del retorno de los peces.

Sin embargo, un significado completamente diferente tenia el ave rapiña, el que fue introducido por Chavín donde se convertían a los felinos en seres híbridos. Esta ave  por lo tanto, también tuvo una influencia significativa en el diseño de la imagen divina de las culturas posteriores.

Las imágenes divinas junto con los simbolismos de la fertilidad fueron contenidos esenciales y  precisos de las declaraciones de la expresiones religiosa ordenadas por el sacerdocio. A partir de esto se puede ver el lema “Agua para la Tierra”. Esto permitió evidentemente a los sacerdotes una distinta influencia sobre el desarollo y el perfeccionamiento del manejo del agua y la agricultura en el antiguo Perú. De esta manera se crearon condiciones ideales para una cosecha abundante teniendo como requisito el desenvolvimineto positivo de la población. En estas condiciones, los diversos grupos étnicos del Perú fueron capaces de desarrollar grandes civilizaciones.